Investigación criminal y arte (libro y documental)
Como habrá visto en la imagen que “decora” este artículo, con dos partes diferenciadas, vamos a recomendar dos vertientes, porque el tema lo merece, tanto en su extensión, por que el arte abarca casi un universo por sí solo y por la curiosidad que despierta, y por qué no decirlo, también por lo entretenido que son tanto el libro como el documental de los que vamos a hablar, al menos para nosotros. Y es que ambos comparten varios puntos fuertes. Primero, el histórico, tanto en el libro como en el documental, los hechos relatados tienen un valor histórico en la criminología del arte. Segundo su repercusión, que fue, y sigue estando, en lo alto del interés de la criminología del arte en general, y de los robos en particular. Y tercero, están bien desarrollados, estructurados y son tremendamente amenos.
Si recuerda, en el episodio del podcast "Zona Criminal" sobre investigación en el arte, hablamos de tipologías, perfiles, conceptos,... de la Criminología aplicada a este ámbito. Entre otros casos, al hablar de los perfiles, comentamos que el falsificador, el vendedor y el ladrón, raras veces eran coincidentes, cada uno presentaba un perfil diferente y para introducirlo hacíamos la pregunta de si ¿Pensaría usted que un falsificador de Velázquez tiene el mismo perfil que el ladrón que roba ese mismo cuadro? Obviamente dijimos que no, pero que había por supuesto excepciones y que las veríamos en un Crimitorial, en nuestro caso, en un post, pues bien hoy es el día, y el libro del que hablamos, o mejor dicho su protagonista, la gran excepción. Y claro está, el documental no puede quedarse a la zaga de tan notable calificativo, así que debe ser también excepcional. Por supuesto usted juzgará sobre el aspecto técnico, ahí no incidimos, pero el tema tratado sí debiera serlo y con esto ya adelantamos para de ambos. Si en el libro hablamos sobre el mayor ladrón de arte del mundo, en el documental deberá hablarse, como mínimo, del mayor robo del siglo.
Efectivamente, como acabamos de decir, ambos, el libro y el documental deben estar a la altura y cumplir los más exigentes parámetros dentro de los robos de arte, tanto en literatura como en documentales. Así que, como no puede ser de otra manera, comencemos por el primero.
El libro del que queremos hablar se titula, “Por
amor al arte. Memorias del ladrón más famoso del mundo”. Escrito por D. René
Alphonse Ghislain Vanden Berghe con la colaboración de Dña. Nuria de Madariaga.
Los interesados en la Criminología del arte, y sobre todo los estudiosos conocerán
al autor, pero a los que no, tal vez le suene más por su apodo de “Erik el
Belga”, considerado como el mayor ladrón de arte, al menos el más famoso, del
mundo. Y la obra trata simplemente sobre su vida desde 1940, año de su
nacimiento, hasta 1982. El autor no fue un simple ladrón, no fue uno de esos
ladrones profesionales dedicados a robar cualquier cosa que viera y pudiera.
Para llevar a cabo su “profesión”, el Sr. Ghislain, Erik, se preparó, en el
amplio sentido del término. Con una amplia cultura, se entrenó también
físicamente, y lo que es más importante, lo hizo junto a su banda, para
conseguir así robos que otros solo podrían, en la época, soñar. Así al menos
es como lo relata en el libro, que son, al fin y al cabo, sus memorias, sus
vivencias. La obra, publicada en 2012 por la editorial Planeta, consta de algo
menos de 700 páginas que son fácilmente degustadas, sobre todo si tiene interés en la temática. Cuenta, al fin y al cabo, desde el principio, cómo se
convierte un individuo con una familia normal, afable, con un alto nivel
cultural y artístico en un ladrón de arte, o como cita su subtítulo, en "el
ladrón más famoso del mundo". Pero para el Criminólogo además de la figura
principal y el perfil y personalidad de Erik, y de los miembros de su banda,
son dignos de estudio todos y cada uno de los personas que aparecen y por
supuesto, el contexto en el que lo hacen, que no es como decíamos el habitual.
Aquí si hacen su aparición millonarios extravagantes, coleccionistas sombríos,
etc.
La mayoría de las acciones se centran en España, sobrepasada la mitad del siglo 20, en donde por ejemplo, las iglesias estaban llenas de objetos de valor sin ninguna seguridad, si a eso suma ladrones especializados, negociantes hábiles y con buenos contactos internacionales, tiene un expolio casi nacional que, en aquellos tiempos, a la opinión pública no preocupaba mucho, la verdad. Era arte, y como decíamos, era cosa de gente millonaria, aunque lo que hubieran robado fuera una estatua de una virgen de una pequeña iglesia románica de un pueblo remoto. El libro es totalmente recomendable para los criminólogos, para estudiar cómo se constituye, con personalidades diferentes, un grupo bien organizado y especializado. Cómo se cohesiona y se actúa por un objetivo común delictivo, aquí está la clave, como puede ser el robo. Cómo son sus jerarquías, sus acciones, etc.
Para terminar con el libro, ¿Por qué decíamos que este protagonista era la excepción? Pues porque además de ladrón, el Sr. Gislain, era sin duda y pueden ustedes comprobarlo, un magnífico pintor, un entendido de la historia del arte y un apasionado, sobre todo, del arte sacro, además de un vendedor de la misma (tanto como negociante durante su etapa de ladrón como después. También es verdad, que una vez “retirado” regaló muchos cuadros). Tenía además un código de conducta. Esto es inapelable. Luego a cada uno, podía resultarle o clasificarlo de cualquier manera, pero actuaba según este. Para algunos sería algo así como su bushido, para otros simplemente una argumentación cognitiva para no tener problemas con la ética y justificar sus malas acciones, cada uno podrá pensar lo que le plazca, pero tenía un modus operandi más allá de la acción, sería incluso más acertado decir, que como ladrón, tenía un modus vivendi particular el cual le limitaba en sus acciones (incluso cuando el dinero, sus ganancias, estaban en juego).
Como decimos estas apreciaciones son las que pueden extraerse del libro, de sus memorias, de sus vivencias, contadas por él mismo, sin olvidar la inestimable ayuda de la Sra. Madariaga, por lo tanto hablamos de una autobiografía y no un texto académico. Algunos pasajes pueden estar más novelados, exagerados… puede ser, pero que a cualquier individuo que le interese la Criminología del arte le va a parecer un libro entretenido y que leerá casi de un tirón, es algo que será cierto casi seguro.
D. René Alphonse Ghislain falleció en el 2020, en Málaga, España, donde se asentó a mediados de los años 70 tras huir de prisión en Bélgica. Sí, Erik el Belga nació en Bélgica, trabajó en Europa, sobre todo en España y se asentó definitivamente en Málaga. Podríamos decir que era la cara contraria y real del otro belga más famoso, el detective de ficción Hércule Poirot, solo que este prefirió dedicar su conocimiento y habilidad al otro lado de la Ley.
En cuanto al documental, de nuevo, como el anterior, el de Lombroso, recuerden, está disponible en la plataforma de Netflix. Se titula “Esto es un atraco. El mayor robo de arte del mundo”. El documental está dividió en 4 capítulos, de una duración cada uno de entre 50 y 57 minutos que narra temporalmente el robo, al menos cuantitativamente, más grande de la historia. Sí, el robo de la Gioconda en 1911, no fue el mayor del mundo. Tal vez al que más publicidad se dio, pero nada más. Dirigido por D. Colin Barnicle, el documental narra cómo se produjo el robo de varias piezas, el 18 de marzo de 1990 en el Isabella Stewart Gardner Museum de Boston. En los capítulos se cuenta, la “sencillez” del atraco y como variables de distintas tipologías, personales, técnicas, psicológicas,… influyeron en que todo saliera perfecto... para los ladrones. No vamos a contar aquí cómo se hizo, pero sí, para que se haga una idea, si no ha visto el documental, lo que se llevaron. Sustrajeron, como cuadros más importantes, tres Rembrandt (que no diremos sus títulos, uno de ellos tremendamente valioso) y un Vermeer (uno de los artistas con menos obras conocidas), además de un Manet, un Flinck, cinco dibujos de Degas, una vasija de bronce chino y un águila de un estandarte napoleónico. Como ve, todo muy ecléctico. Ya de por sí el botín es curioso, teniendo en cuenta que tal vez quitando el Rembrandt y el Vermeer, rodeándolos se encontraban obras más valiosas que las sustraídas. No obstante, se tasan todas las piezas en más de 500 millones de dólares robados. Pero el documental no se queda únicamente en describir como fue, sino en recopilar toda la investigación del delito e incluso, de manera ciertamente aventurada, proponer alguna que otra teoría, porque sí, lo ha adivinado, este robo no ha sido resuelto, de hecho, no se tiene ni la menor idea, del paradero de ninguna, repetimos, ninguna de las obras, y lo han investigado, en principio, de cabo a rabo, tanto la policía como el FBI, el propio museos, etc. pero nada. Y por si pudiera interesarle, nunca se sabe, desde el año 2017 donde digamos, se dejó de lado el esfuerzo en la investigación, se ofrece una recompensa de 10 millones de dólares por una pista que ayude a recuperarlas.
Y hasta aquí el post de hoy,
esperamos que ambas recomendaciones sean de su agrado. Además, el poder sugerir
distintas alternativas que podríamos considerar ociosas es que se pueden
llevar a cabo como complementarias. Lectura y documental de carácter
criminológico y criminalístico para el fin de semana, por ejemplo, que más se
puede pedir.
Bibliografía
Gislain Vander Berghe, R. y De Madariaga, N. (2012). Por amor al arte: Memorias del ladrón más famoso del mundo. Planeta. https://amzn.to/3nh2NWW
Barnicle, C. (2021). Esto es un atraco: El mayor robo de arte del mundo. Netflix. https://www.netflix.com/es/title/81032570
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Podcast elaborado por el Instituto Europeo de Ciencias Forenses y
Seguridad.
*Artículo extraído del podcast elaborado por el Instituto Europeo de Ciencias Forenses y Seguridad, "ZONA CRIMINAL".
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